4 AÑOS A BORDO DE LA MUERTE DE GERMÁN ESPINOSA



Esta melodía era la preferida de Germán Espinosa. Supervive en sus notas el maestro colombiano, autor de una obra literaria cada vez más sólida y grata conforme pasa el tiempo que todo roe –el tiempo: del que la música es su misteriosa forma–. Espinosa solía escuchar esta melodía de Satie contemplando la extensión urbana de Bogotá desde su apartamento situado en las faldas de los cerros tutelares, a la hora del crepúsculo. Al pedir atención a sus invitados para palpar el sutilísimo ritmo de Satie, en efecto, las cosas del mundo parecían cobrar un tono cobrizo, mágico.

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